Me acuerdo que era viernes, yo estaba en mi casa esperando a unos cuantos amigos, ellos iban a venir para hacer previos y luego irnos a una discoteca. Algunos ya habían llegado, solo faltaban 4, por un momento me preocupe al ver que ya era tarde y ellos todavía no llegaban. Al poco tiempo, sonó el timbre, eran ellos. A simple vista no podía definir el estado en el que se encontraban, definitivamente no eran ellos.
Esa noche fue la peor de mi vida, mis amigos habían tomado floripondio (una droga que se toma como si fuera un té). Comenzaron a correr por toda la casa, a tirarse a piso – simplemente no les importaba nada, estaba totalmente fuera de sí – a gritar, a describir sus alucinaciones. No se querían ir de la casa, se iban corriendo, me sentía una niñera cuidando a niños de 5 anos.
Al día siguiente, todos me llamaron a pedirme perdón, lo que habían hecho en mi casa no tenia nombre, toda mi reunión se malogro por ellos. Era la primera vez que tomaban esta droga, nunca se imaginaron que fuera así, pero aprendieron la lección y han prometido nunca más volverlo a hacer. Luego tuve un gran problema con mi mama, se decepciono al ver la clase de amigos que tenia, pero bueno al final todas las mamas entienden que los jóvenes siempre quieren experimentar cosas nuevas por primera vez.
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