Nuestro primer besito fue cuando acepté que fuéramos enamorados. Una sensación de ternura y cariño se apoderó de mi y le respondí con una tímida sonrisa. Así fue durante el primer mes que salimos. Solo besitos de niñitos, porque yo era muy tímida y Daniel lo entendía. Sabía que nunca había besado a nadie de verdad y que nunca había sentido lo que por él sentía en ese momento. Entonces tenía paciencia.
No hacía mucho tiempo que había dejado los cuentos de princesas que influenciados por las wachafas novelas mexicanas, me habían estimulado a soñar la vida entera con EL BESO de AMOR VERDADERO y seguía esperando ese ANSIADO momento.
Por fin llegó la noche esperada. Cumplimos nuestro primer mes juntos y Daniel llegó con rosas a mi casa. Mis primeras rosas!!! Que emoción!! Me llevó a comer comida italiana y cometí la torpeza de pedir un chees cake de cerezas en lugar de pedir algo de pastas. Él se burló de mi... Pero es que estaba tan nerviosa que creí que lo más apropiado era una torta en un restaurante de PASTAS. A pesar del percance, no tuvimos problemas, pues él terminó su lasaña vegetariana antes que yo mi pedacito de torta.
Al salir dimos un paseo por la zona y luego volvimos a mi casa escuchando música. Al llegar a mi me dijo "Que lindo mes contigo" y antes de que yo entrara a casa me besó. Fue un beso mágico y verdadero que en mi mente duró una vida. Casi pude oír los pajaritos y la música de fondo de película romántica, incluso sentí mi pie haciendo "poop" como el de Anne Hathaway en Diario de una Princesa, como la bella durmiente cuando la despiertan a la realidad con un beso, COMO UNA NIÑA BESANDO POR PRIMERA VEZ A OTRO NIÑO. Sentí cosquillas y un escalofrío que parecía querer acariciarme la espalda. Pero también dude un poco y sentí miedo. Él me dijo "relajate, que te amo princesita" y me derretí por completo. Esa fue de las más lindas experiencias de mi adolescencia. Me pusé rojísimas. Regresé esa noche flotando de amor a mi cama y me acosté con una sonrisota en la cara.