Quieres que te cuenta un secreto?

viernes, 15 de abril de 2011

Dulce primera ilusión

"Todo comenzó con un sueño horrible que tuve en el que un extraño trataba de violarme y yo gritaba desesperadamente; arañaba y pataleaba tratando de safarme, todo sin resultado. De pronto sonó el timbre y desperté sudando y con el corazón en la boca, gracias a mi violento sueño. Baje temblando las gradas y abría la puerta. Era mi novio, lo abrasé con fuerza y él me hizo recobrar la paz.
Los días pasaron y aunque traté de olvidar lo sucedido no me sentía anímicamente bien del todo. Los encuentros amorosos con mi novio venían ahora cargados por preocupaciones y por miedos Me sentía insegura y mega sensible el día entero. Pensaba con frecuencia en sexo y la idea me alteraba. Hasta el día en que me fui.
Me quedé sola, completamente sola en una habitación de 3x2 con un espejo como única compañía, en el que me veía cada mañana. En las noches me costaba esfuerzo dormir y me sentía triste con frecuencia. Ya no tenía a mi novio conmigo pero pensaba en él todo el tiempo. A veces eso me remitía a otro tipo de pensamientos lo cual me quitaba el sueño por completo y me enviaba a la u hecha un zombie. Me dolía todo el cuerpo y siempre estaba cansada o mareada. Había solo una idea dando vueltas en mi cabeza que me acosaba como mi sombra a las once de la mañana. 
Me dolían los senos y la barriga muchísimo; era como mi periodo pero tres veces más potente. Yo trataba de ignorar todo el asunto pero ya no podía, la idea me estaba matando. Era lo único que veía en el espejo, era lo único que podía oír cuando me plantaba en clases, era lo único que mi cuerpo quería decir y yo ya no sabía como callarlo. Estaba desesperada, hasta que llegó el día.
Yo tenía un ciclo perfecto de 23 días; hasta ese agosto en que conté 23 y nada pasó. 24 los nervios me mantuvieron ansiosa todo el día no pude hacer nada, 25 la angustia hacía cada día un sufrimiento eterno, 26 no lo soporté más, me desperté por la mañana y lo primero que hice fue ir corriendo a vomitar al baño.  Me miré al espejo, mi único consejero, y efectivamente me veía más gorda. Las nauseas no me habían dejado comer casi nada hace días y sin embargo me veía gorda y panzona. Volvió la maldita idea a mi cabeza. Ya era imposible soportarlo más. Después de 5 días de profunda soledad y desesperación sentí que tenía que tomar las cosas con mayor entereza y no dejarme vencer.
Fui a la clinica más cercana y pedí consulta con un médico; el que fuera. Le conté de cómo me sentía y de mi atraso menstrual, y antes de que me dijera eso evidente, que no quería escuchar, le dije que no había tenido relaciones antes, que siempre había estado cerca pero que nunca nada pasó, sin embargo la evidencia era otra y cuando me preguntó si estaba segura dudé en mi respuesta. Evidentemente no me creyó nada. Me dio una una orden para hacerme una prueba de embarazo en el laboratorio. Yo me fui.
Quería terminar de una vez por todas con mi martirio así que me preparé y a las 7 de la mañana estuve en el laboratorio, en ayunas, lista para que me sacaran toda la sangre que se necesitara para aclarar mi mente. Sabía que tener un hijo en primero de universidad no era un juego pero la duda me mataba. Si era eso entonces ya para adelante tendría que explicarle de alguna forma a mi novio que estaba embarazada aunque creyera que era una cualquiera y que me había metido con otro. Dudaba de mi misma ya no sabía si lo que sabía de mi era verdad o mentira. Ya no sabía si era virgen o no. Me asaltaban las dudas. "¿..Y si esa vez que estuviste borracha?¿...Y si ese sueño no fue solo sueño?¿... y si...?" Habían miles de posibilidades y en mi mente todo podría encuadrar perfectamente para ambos lados. Me estaba volviendo loca.
Esperé ese resultado más que a mis regalos de navidad en el 95 y después de dos días... Cuando por fin lo tuve en mis manos... Corrí a casa para abrirlo ahí. No dejaba de pensar en que tendría que pasar el verano sin que mi papá me viera y  volver en abril a la universidad y criar a mi hij@ sola. Tal vez mi tía me apoyaría o mi mamá que siempre ha sido confidente mía, pero ahí seguían las dudas. Cuando abrí el sobre me sudaban asqueroso las manos y el resultado me dejó helada. Había pensado tanto, me había acostumbrado tanto tanto tanto a la idea que el "negativo" que traía ese sobre llegó casi con desilusión a mi corazón. Ya me había hasta encariñado con la idea y de pronto .... nada. Minutos después cuando procesé mi nuevo estado de NO embarazada sentí recién el alivio. Me sentí algo vacía y no comprendía aun que había sucedido el mes completo. Creo que mi cerebro me jugó una sucia pasada que terminó en muchas sesiones con el psiquiatra y pastillas que aun tengo que tomar."

3 comentarios:

  1. Pasó el terrible momento en que las sospechas más remotas adquieren las más fehacientes pruebas en tu cabezaa
    !!!!
    Esa historia me alegra haberla leido escrita:)

    ResponderEliminar
  2. Ala que fuerte, le pasó algo parecido a una prima, alucina!

    ResponderEliminar